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lunes, 22 de abril de 2019

RUTA DE LOS PANTANOS Y SUBIDA AL SANTUARIO DE LA VIRGEN DEL BREZO


La Semana Santa suele ser aprovechada para hacer planes por los cuatro día que son de periodo vacacional, como no podía ser menos nosotros también hicimos planes eso sí, siempre pendientes del estado meteorológico, que en estos días es muy cambiante, y anunciaban lluvia para jueves y viernes.
El jueves santo quedó descartado por lluvia, fue menos de la que anunciaron pero, por si acaso ese día nos quedamos en casa, el viernes pese a no estar del todo seguros, los caminantes decidimos acercarnos a hacer la segunda parte del soplao a pata, y nos llovió, poco, pero llovió.
Y como sábado y domingo daban bueno por el norte, pues cambiamos la ruta prevista en primer lugar a la zona de Ávila con nuestra bici de carretera, por una desde Cervera de Pisuerga, llamada la ruta de los pantanos. Un recorrido entre esta localidad y Guardo, que ofrece un vistoso recorrido a lo largo de sus 56 kilómetros entre Velilla del río Carrión y La mentada Cervera de Pisuerga.


Sabiendo que el viento iba  a soplar con una fuerza considerable, decidimos cambiar el sentido de la marcha, y encaminarnos hasta Guardo por una carretera paralela, la cuál a unos cinco kilómetros antes de Guardo, nos avisa de la subida al Santuario de la Virgen del Brezo, 2,5 kilómetros muy llevaderos después de salvar una primera rampa del 16%. Fue subir y bajar, encaminarnos a Guardo y de ahí a Velilla, donde estaba previsto tomar el café de la mañana, en el bar Stop, conocido de sobra por todos nosotros.
Siendo este el punto más lejano de la partida, solo nos quedaba cubrir los 56 km que nos acercarían de nuevo  Cervera. El viento sabíamos que nos iba a dar de cara pero, el zigzagueo de la carretera  y la arboleda que por esa parte abunda más, nos hizo llevadero todo el tramo, y si a ello añadimos lo vistoso del recorrido, ahora sí, divisando los numeroso pantanos, poco a poco conseguimos nuestro objetivo que era llegar donde dejamos los coches, Ruesga; un pueblecito justo al lado de Cervera.


Lo que allí nos esperaba es mejor no contarlo para no herir sensibilidades, pero solo digo que no dejamos ni un solo trozo y que me gustó tanto que ahora os escribo casi desde el mismo sitio, y esperando a que llegue mañana la hora de la comida, la cual repetiré con lo mismo, pues el buen yantar es algo que deja huella.
Total, que el día fue espectacular en cuanto a ruta, inmejorable compañía, y para rematar los cabeceros como dice Juancar 2 kilos de carne a la piedra…superior. Seguro que volveremos, como he vuelto Yo después de 22 años que estuve haciendo esta misma ruta.

Las FOTOS: AQUÍ

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