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lunes, 31 de julio de 2017

Cantalejo 2017...dos años, dos aciertos

Lo primero de todo dar la enhorabuena a las gentes de Cantalejo que hacen posible este evento.
La sexta marcha, la segunda para nosotros, volvió a sorprendernos con un recorrido mejorado al final, y el gran ambiente en ese maravilloso complejo deportivo llamado "El Hoyal".
Esta vez no fue mucho el madrugón, la marcha comenzaba a las 9:30 de la mañana, que amaneció calurosa, como así parecía presagiar que lo iba a ser el día y doy fe que lo fue.
Apostados en uno de los flancos de salida, aparcamos a las 8:30, dándonos tiempo de sobra para recoger los dorsales y acudir al camping que se encuentra cercano a tomar un café, y de paso comentar los regalos tan generosos que traía la bolsa de cada corredor. Algún día tendrán que explicarme como con 10 € de inscripción son capaces de agasajar al personal con tanto regalo, sin faltar ninguno de los otros detalles que realmente son los que importan, avituallamientos muy completitos y esa parrillada de panceta, chorizo y morcilla del final, regada con fresca cerveza, para reponer las fuerzas perdidas y así tener la excusa perfecta de porque no adelgazamos.
Dispuestos para la salida, los 400 que allí nos dimos cita, con mucho gentío y expectación nos disparamos rumbo al pueblo, dando una vuelta por esa localidad neutralizada, para nada más tocar la tierra del primer camino encenderse los petardos y ponerse el personal a cien.
En esta primera escaramuza todo el mundo hace sus pinitos y acelera lo que puede, pero a los pocos kilómetros la marcha pone a cada uno en su sitio, los galgos adelante, los intrépidos siguiéndolos sin alcanzarlos, los de la tercera marcha un poco mas atrás y así cada cuál y cada grupo se posiciona en la carrera. Y nosotros sin ser una excepción y después de calentar las válvulas más de lo debido también encontramos nuestro sitio, eso si, pasaron veinticinco kilómetros para poder reunirse.
Eso fue en el primer avituallamiento de la jornada, donde bajo el mismo sol de justicia que nos calentaba a los ciclistas, también hacía pasar lo suyo a nuestras fotógrafas, que hoy sumándose a Susy en esas tareas de seguimiento, contábamos con Andrea, pareja de nuestro Kitos, y aunque es su
primera vez, y en estos menesteres se madruga, se pasa calor, te cansas casi como si fueras en bici, las chicas no tienen muchos sitios donde mear, te puedes perder por eso pueblos de dios, a pesar de todo eso, cuando acaba el día y ves la de cosas que has hecho y lo bien que lo has pasado, queda todo compensado y estas deseando que pronto llegue otra. Por eso espero que además de las fotos tan chulas que nos has hecho, lo hayas pasado bien y vuelvas, piensa que la primera vez siempre es distinta a todas.
Pasaron los kilómetros y subimos las cuestas que marcaba el recorrido, también bajamos alguna que otra, fuimos saludando colegas, no me quedo sin nombrar a Josito y Oscar, del 9ER con los que compartimos unos tramos y charlamos en lo que subíamos las cuestas, pues como bien decía un amigo mío, hay que recuperar subiendo, que bajando y llaneando hay que apretar. Un placer haber rodado con vosotros y espero encontraros en muchas más.
Poco a poco conseguimos llegar a meta, donde también había numeroso público que nos recibía con aplausos y cámara en mano inmortalizaban el momento.
Lo siguiente no es para contarlo, es para vivirlo, nos aposentamos en un lugar a la sombra alrededor de una mesa, con una gran parrillada y sin faltar las risas y las bobadas, que decimos muchas al cabo del día, partíamos de nuevo de vuelta a Tudela.
Agradecer el buen trato recibido por parte de la organización y todos los voluntarios que encontramos durante el recorrido y destacar el buen ambiente y lo bien organizado que estaba todo.

Las fotos de Susy y Andrea: AQUI










domingo, 30 de julio de 2017

Sanabria nunca defrauda

Con algo de retraso voy a contar lo que aconteció el día  23 de este mes de Julio por tierras
Sanabresas, es el segundo año que acudimos allí y hemos tenido la suerte de conocer dos recorridos distintos, este año era totalmente renovado. El lugar predilecto para las sendas no defraudó y los chicos del club deportivo el pinar, nos deleitaron con una ruta preciosa, técnica, intensa y lo suficientemente larga para no pasarse de cansancio.
Y si lo bueno de esta marcha es la vistosidad y disfrute de su recorrido, lo mejor sin duda es lo que acontece a orillas del río Tera. Música, cerveza, refrescos, comida , helados y un ambiente inigualable.
 Así después de la soberana paliza que nos dimos por la mañana para llegar a esa cuesta de la iglesia que corona el pueblo y donde la gente se agolpa a ambos lados, partiéndose las manos con sus aplausos a la llegada de los corredores, allí está la tan ansiada línea de meta.
Y entonces si llega el disfrute y tras relajarse con una buena ducha, acudimos en masa a ese punto de encuentro que os contaba. Los más intrépidos se bañan en el río, otros sentados alrededor de una mesa charlan y comparten la experiencia de la ruta y los más sedientos hacen viajes al grifo de cerveza que también son merecedores de ello. Se acaba de comer y se acaba el día, y poco a poco se va quedando esa orilla del Tera vacía, primero los más lejanos y los últimos los de casa.
Otro año más podemos contar que la marcha de Puebla de Sanabria ha sido un éxito.

FOTOS:  AQUI

domingo, 16 de julio de 2017

En Picos de Europa la última cima siempre sobra

Tal y como surgió por estas fechas hace un año, nos vimos de nuevo en esa maravilla de casa que
nuestros amigos tienen en Posada de Valdeon, que es otra maravilla de pueblo. Hubo que posponer la ida una semana por cuestiones meteorológicas, pero esta vez el acierto fue pleno. Aún así el viernes a la llegada la niebla nos recibía y nos envolvía haciéndonos temer algo de mal tiempo. No fue así y el sábado amaneció con sol y despejado del todo, ofreciéndonos unas supervistas de la cordillera de Picos de Europa.
La ruta elegida por Miguel, no era larga más bien en cuanto a kilometraje se ofrecía corta, pero en estos parajes, sinónimo de bajar es subir y no todo lo que sube baja, por eso con sus 1500 metros de desnivel nos hizo sufrir lo indecible hasta el punto de que el último de los collados a subir alguien dijera: "esta cima sobraba".
Pero la espectacularidad de las vistas compensa con todo lo demás y si además de ello el grupo es ameno y divertido, toda subida por muy dura que sea se solventa con alegría.
Llegamos a Posada de Valdeón a la hora prevista, y al poco tiempo estábamos sentados en el Begoña comiendo un suculento menú. De vuelta a casa por la tarde y a esperar al próximo fin de semana que acudiremos a Puebla de Sanabria.
Las Fotos: AQUI