La aventura del SOPLAO ...el día del desenlace

No tenemos las mismas ideas, ni los mismos gustos, ni los mismos ideales, ni la misma edad, ni tan

siquiera el mismo sexo, pero cuando el ser humano se une en pos de una misma acción no hay quien le pare, y aquí si que nos mueve y coincidimos en lo mismo, la afición  a la bici.
Así nos vimos este día 20 de mayo de 2017, preparados y dispuestos a culminar aquello por lo que habíamos peleado durante este tiempo atrás.
Habíamos decidido madrugar, bien por los conocidos atascos de Santibañez y la Cocina, y pensando en nuestros tiempos, llegamos a pensar que era mejor ganar 15 o 20 minutos sin esfuerzo, que no tenerlo que ganar dando pedales y gastando lo que no te sobra.
Las 5 de la mañana fue la hora en la que aparecíamos a desayunar, y siguiendo las pautas marcadas por nuestro nutricionista favorito Guillermo Casas Ares, dimos cuenta de tostadas, café y plátano. Llegamos a Cabezón donde a las 6:20 nos encontrábamos con el resto de expedición Tudelana afín al grupo y a las 6:30 como estaba previsto ocupábamos al final de la calle principal de salida nuestro sitio con las bicis, 2000 almas habían madrugado más que nosotros, hombres y mujeres de mal dormir, y el gran susto vino del cielo, comenzaba a llover y no era buen presagio, refugiados bajo un saliente del edificio quedamos pensativos y dando vueltas a la cabeza, a la que se venía aquel

recuerdo del año 2012 donde el frío y la lluvia nos mandó para casa. Pasaban los minutos, dejaba de llover, pero no despejaba, maldito hombre del tiempo que dijo que iba a hacer bueno, a menos 10 nos colocábamos como pudimos entre el amasijo de bicis amontonadas en la calle, saltando entre ellas, y a las 8:00 puntual sonó el petardo de salida y ACDC nos ponía los pelos de punta con su "Thunderstruck", y llovía, pero cruzamos el arco de salida a los 6 minutos y entre el tumulto nos abríamos  paso y rodábamos con una carga extra de adrenalina que nos impulsaba destino al primer puerto de la jornada, llega pronto a los 3 kilómetros para entonces dejó de llover, la calle estaba seca, y habíamos conseguido reagruparnos todos los del grupo, menos Miguel "Cañero" y Luis Ángel que jugaban en otra división y estaban ya por delante.
El inevitable tapón llego en las primeras rampas, pero esta vez duró muy poco y tras empujar la bici unos metros cuesta arriba, nos montamos en ella para no dejar de hacerlo en todo el día. Siendo nosotros ciclistas de supervivencia para este tipo de pruebas, nuestro objetivo claro era terminar, para ello íbamos midiendo los tiempos, las sensaciones y todo aquello que nos pudiera pasar factura.
Fue el más joven quien tuvo que decir: -" Quizás deberíamos de tranquilizarnos que nos estamos acelerando un poco", dijo Miguelín. Llegando a la subida de las cuevas nuestra media superaba los 14 km/hora de media. Los puertos anteriores les recorrimos sin freno, y esa subida  a las cuevas por carretera, nos daba buenas sensaciones y nos acercaba al primer punto de avituallamiento donde según lo pactado, cogimos agua, un bote de powerade para dos, sanwich de queso con membrillo, un plátano y un bollo de chocolate para endulzar todo y dando la alerta nos tiramos cuesta abajo destino Celis, mítica bajada del Soplao.

Próximo destino después de enlazar por carretera y cruzar el famoso río, esta vez sin agua, Monte Aa,  esto puede sonar a chufla pero cuando alguien comentó que había sorpresa nadie se imaginaba que podía ser esa rampa del 30% que como pudimos ascendimos no sin acordarnos del graciosillo que se le ocurrió la idea, aún le estarán sonando lo oídos.
Pasado este puerto duro por sus rampones, llega la recompensa de la bajada, no es de las peores y la solventamos sin más problema. La entrada en Ruente, es algo asombroso por el gentío que allí se agrupa animando nuestro paso, para nosotros aquello es un placer y una inyección de moral, y si además están allí tu mujer y tus amigos, que más se puede pedir. He de decir que nosotros ponemos todo de nuestra parte pero tener el apoyo de en este caso Susy, Beatriz, Diego que al no poderse apuntar vino a ayudarnos y los padres de Luis Angel, Rosa y Miguel Angel es algo fundamental es un oasis en aquel desierto de montañas que van minando tus fuerzas y apagando tu mente, pero es encontrarte con los tuyos y la cosa cambia, te informan de como van unos y otros y te dan el aliento necesario para seguir rodando.
Y así cargados de moral y cumpliendo fielmente con la alimentación en Ucieda donde estaba el siguiente avituallamiento, y donde despedimos a Rafa que junto a Diego llegaban a unos minutos, Rafa con sensatez absoluta decía: -Chicos creo que he cumplido dignamente con mi objetivo hasta aquí he llegado.

Estábamos ante El Moral, primer puerto largo donde los haya, de esta larga jornada. Informados que Miguel "Cañero" iba 15 minutos por delante y que Luis Ángel iba catapultando los tiempos mucho más adelante aún. La dinámica del grupo de los 5 que decidimos hacerla juntos era sencilla, Fer, David y Miguel subían un puntito más que Juan Carlos y Yo, y así cada puerto llegaban 5 minutos antes arriba, y esperaban a que llegáramos nosotros, bien nos venía pues ellos ya liberados de quehaceres se ofrecían para acercarnos alimento y bebida con el consiguiente descanso añadido por nuestra parte.
Este puerto de El Moral, pone a cada uno en su sitio, y tengo que destacar una ascensión que aunque eterna, dura y sufrida como nunca, fue donde Juan Carlos después de una semana con problemas estomacales , tuvo que tirar de esa raza que solo él tiene y solventar como pudo la marcha. Esto solo se comprende y se entiende si estas ahí en ese momento y te esta pasando si no puede parecer un quimera y algo inventado, menos mal que su fuerte son las bajadas y ahí es donde cogía respiro y algo de ánimo, lo mismo que el resto de integrantes donde cada uno iba sufriendo lo suyo.
La bajada del Moral te echa literalmente contra la carretera que conduce al bonito pueblo de Bárcena Mayor, tras unos pocos kilómetros de asfalto llegamos al tercer avituallamiento completo, y como no allí tenemos otro agradable encuentro con Susy ( mi mujer) y Beatriz (mujer de Cañero), nos informan, nos ayudan, nos atienden y continuamos marcha hacia el punto álgido del Soplao, Cruz de Fuentes.

Saliendo de Bárcena Mayor por sus calles repletas de gentío aplaudiendo y animando, nos adentramos en un lugar espectacular que deleita nuestro sentido de la vista por su paisaje, y nada más atravesar uno de los tantos pasos canadienses para el ganado de la zona, comienza la que será la ascensión más larga de la jornada. Comenzamos todos juntos de nuevo, pero a los pocos kilómetros Juan Carlos nos echa de su lado, para subir a gusto, Así cada uno con su agonía llegábamos a la cumbre, conocedores de esos 104 kilómetros de tramo realizado, los cuales nos recuerdan esa frase hecha : "el que llega a Fuentes lo acaba".
Desde allí todo parecía distinto pero sin olvidar lo que aún nos quedaba por delante. Yo me presentaba a 10 minutos de los tres de adelante y después de ayudarme, emprenden la marcha por estar quedándose fríos, me quedo a la espera de Juancar que a los cinco minutos aparece ya con cara de esfuerzo máximo, le traigo agua algo de comer y nos hacemos una foto para acordarnos de ese momento, y nada más dar la orden por su parte y ponernos el chubasquero para bajar nos tiramos cuesta abajo hacia Venta Vieja y Ozcava, éstos tramos aunque largos y sin dejar de picar para arriba como todo en estas tierras Cántabras, son más llevaderos y compensa con la bajada de 18 kilómetros que aunque sea muy sufrida por la cantidad de piedras que hay que sortear, por un buen rato te olvidas de tanta subida, si llevas los sentidos puestos en ello no debes de tener ningún percance y cuando llegas a la zona de Colsa y Los Tojos otro tramo de carretera te dirige a Correpoco, otro lugar donde encontrarse con nuestras avitualladoras, y donde la dura rampa de arranque del puerto nos recuerda que aún aquello no ha terminado, el resto de tramo de este remodelado correpoco, es de transito agradable, después de lo que ya llevamos encima.

La traca final llega en el cruce de caminos que une Renedo de Cabuérniga y Cabezón de La Sal, allí majestuoso, exultante, nauseabundo, pendenciero y vacilón, como una broma de mal gusto nos damos de bruces contra el Negreo su rampa inicial impone respeto absoluto y gracias de nuevo a toda la gente que allí esta somos capaces de subirla con un poco de dignidad, Gracias a Susy de nuevo y esta vez a los sufridos corredores que ya habiendo terminado su hazaña se acercaros a darnos el ánimo necesario para afrontar este duro tramo, de 2000 personas solo se oía a Jaime chillando: -Vamos equipo, vamos equipo. y Raúl y Nacho a su lado dejándose las manos con sus aplausos, Susy corría cuesta arriba para poder alcanzarnos y hacernos una foto, y así desaparecimos en la profundidad de la rampa y tocando casi el cielo se nos acabo el sufrir al descubrir ante nuestros ojos el último de los avituallamientos. Completo a rebosar como todos este nos sorprende con un paisano y una plancha, aquello olía  a gloria según me acercaba no podía quitar los ojos de aquellos filetes de lomo que con gran habilidad daba vuelta y vuelta aquel hombre caído del cielo en aquel lugar perdido y remoto.
Dos bocadillos, un vaso de caldo calentito, un plátano, un gel y el bollo de chocolate.
De nuevo a la realidad de la jornada, nos miramos Juancar y Yo que ya nos habíamos quedado solos del grupo, y sin mediar palabra conocedores del asunto, montamos en la bici y de nuevo nos dispusimos a seguir subiendo aquel puerto de mal gusto.
La piernas recorrían los últimos kilómetros y la mente ahora si encontraba consuelo abstrayéndose en recrear la llegada. Así fue como sin darnos cuenta y haciendo efecto los bocatas y demás viandas, acabamos en la carretera de nuevo, pero esta vez era para recorrer 4 kilómetros que nos separaban de nuestro objetivo final.

Ahora si lo vimos cerca y llegando a una grupeta de siete ciclistas, donde dos jóvenes desconocidos mantenían un ritmo de 35 km/h. a rueda de ellos se nos pasaron todos los males y ya no pensábamos en llegar ya estábamos llegando, pactamos retrasarnos de los 7 para entrar solos en meta, y pon fin después de 14 horas y 4 minutos, levantábamos los brazos ante un terrible griterío, pasando por debajo del arco, Era el final donde no se puede pedir más, allí estaban, mi mujer, mis amigos de toda la vida Dolores y Jose, Beatriz y Naia, Noelia,Nacho, Raul y Jaime de nuevo, y poco más adelante el grupo nos esperaba,  bajándonos de la bici y fundiendonos en un abrazo Juancar y Yo, llegaron por todos los lados, Susy por el flanco izquierdo, sellamos con un beso el éxito, el grupo Miguel, David, Fer, Miguelín, Luis Angel, rafa, Diego, Rosa, Miguel Angel,  risas y abrazos nos fundieron en uno, y embriagados con la emoción del momento, solo una palabra para describirlo. ¡¡¡BESTIAL¡¡¡

Satisfacción en el grupo...resumen del Soplao 2017

Antes de contar toda la historia desde el principio, resumo en este post como fue el fin de semana
donde con toda la carne en el asador puesta, todos aquellos que acudimos salimos satisfechos al 100% por el resultado obtenido, nadie nos regalo nada, hubo sudores, dolores, quejas, sufrimiento, todos los ingredientes necesarios para que al culminar este soplao, todos pudiésemos sonreír hasta donde nuestras fuerzas nos dejaron.
Contaré con pelos y señales desde el comienzo de esta aventura hasta su finalización. Me queda agradecer a todos los que nos ayudaron antes, durante y después y mi enhorabuena a todos mis compañeros por el logro conseguido.
Os dejo aquí las fotos que nos hizo Susy y si os llega el enlace buscaros que igual os encontráis, no pongáis el numero de dorsal no funciona.

FOTOS

"ALEA JACTA EST"....La suerte esta echada

Solo una foto y nada más, hoy con una frase resumo el trabajo y esfuerzo de estos últimos meses, hemos reído, hemos sufrido, hemos sudado, hemos pasado calor, hemos pasado frío y aún así seguimos adelante en nuestro empeño. Lo mismo que el romano Julio César nada más conquistar la Galia allá frente al río Rubicón pronunció aquellas palabras: "ALEA JACTA EST"...la suerte está echada. Con este mensaje llegamos nosotros a día de hoy y a la espera del gran sábado.
Como de bien nacidos es ser agradecidos, gracias a todos aquellos que nos han apoyado, a los que nos han soportado y a todos los que de alguna manera nos han dado cualquier motivo de aliento, un "GRACIAS" muy fuerte para todos ellos. Solo queda rematar.

12 días para el desenlace...con los deberes hechos

Dos jornadas muy distintas con diferentes escenarios y en cada uno diferente objetivo.
Por un lado el sábado los componentes que pertenece al club se acercaron de nuevo a completar una ruta por zonas de Cantabria, y por otro lado los que quedamos aquí comprometidos con la causa y de los cuales dos de ellos no han tenido ocasión de conocer la segunda parte de la prueba a realizar el día 20, les quedaba textear su rendimiento, para lo cual se confeccionó una ruta de 110 km, ya sabemos que no es la misma dureza, ni el mismo recorrido, pero es lo más parecido que  podía hacerse para dar por terminado este entrenamiento que nos trae de cabeza desde mediados del mes de Diciembre, donde el que más o el que menos a superado la barrera de los 3000 km en sus piernas, algo que será de agradecer el día 20 cuando los caminos se nos pongan cuesta arriba.

El recorrido elegido en condiciones normales seria exigente, pero cuando la forma física es buena se supera con creces, y así las 4 generaciones que acudimos, como bien apuntaba nuestra compañera, redondeando íbamos con edades de 24, 34, 44 y 54,  así los 110 km trazados, los cuales nos acercaron hasta Quintanilla de Arriba, se acabaron a las 14:30 entrando por Tudela y contentos por lo realizado.
Y en la jornada del domingo ya todos juntos, nos fuimos de verano azul hasta Sardón, Chanquete, Pancho, Javi, Quique, Piraña y Tito, faltaba la chica  Desi  la de las coletas, y con ritmo  muy pausado y con este cachondeo, me apunta Miguel "el joven": Paco es como cuando acabas los examenes.
Atravesamos la senda de los enamorados, y nada más llegar hoy con mucha antelación nos tomamos una cerveza fresquita para celebrar...todo, pues todo es motivo de celebración y siempre es buen momento para celebrar cualquier cosa.
Ya bajamos el pistón hasta dentro de 12 días, no descuidaremos el salir pero ya sin intensidad ni desnivel a salvar, a la espera del gran día.

FOTOS: AQUI