Todo empezó con un reproche, que si habéis ganado con trampas, que si eso no es así, bla, bla,
bla...de esta manera la cifra que se recibió por el premio, alguien dijo: "ponemos todo y hacemos una merienda", y si, así nació esta serie de encuentros, a los que llamamos de hermanamiento porque aunque tenemos diferencias de todo tipo, no dejamos de estar unidos por la misma afición.
Ya van unas cuantas cenas, el menú lo conocemos de memoria, pinchos de lechazo al estilo Rafa, por cierto, suculentos, ensalada al estilo del que lava la lechuga, y de postre canutillos.
Por estas y otras razones que también nos agradan nos sentimos felices y nos sentamos alrededor de una mesa. La del otro viernes distendida como todas, tuvo un momento de partirse la caja, escuchando a Ruben "canuti", contando sus aventuras y desventuras, el gato quedará en nuestras mentes de por vida.
Nos despedimos, no sin antes quedar obligados a repetir lo que puede convertirse en un evento perpetuo.
Aquí os dejo las fotos para que quede constancia de lo dicho: FOTOS
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