Antes causábamos alguna baja de los que inicialmente íbamos a ir, pero al final seis personajillos medio adictos a la bici, nos presentamos en Cabezón de la Sal a eso de las 9:30 de la mañana de este sábado 4 de Marzo.
Lo primero sin demora fue volver a desayunar, el madrugón y las dos horas y media de trayecto hasta allí, nos abrió el apetito. Con el estomago calmado, nos compusimos a pie de nuestros coches, no saliendo aún del asombro del día soleado que apareció.
Alguna duda por la indumentaria y por algún fondo de nube gris que a lo lejos se divisaba, mayoritariamente fue decisión de abrigo.
Salimos guiados por los gps, hasta encontrar la entrada a Santibañez el primer punto de encuentro con lo que seria la tónica general de toda la mañana, las subidas.
Como ya expliqué en la anterior crónica cinco eran los puertos a subir en esta primera y dura parte del recorrido del soplao, y este que se nos presentaba al poco de salir era el primero. Como las fuerzas estaban intactas no hicimos acopio de sus rampas pronunciadas, simplemente subimos, acompañando también el estado de ánimo que produce ver el sol, el cuál iba haciendo que muchos de nosotros empezásemos a desprendernos de alguna prenda.
Todo seguido y admirando en todo momento el paisaje cántabro, subimos el siguiente puerto y así uno tras otro, hasta acabar en Monte Aa, encontrándonos con algo de viento en alguna cumbre, pero en general muy buena temperatura y ausencia total de lluvia. La propuesta durante la ruta fue que dependiendo del horario de llegada a Ruente, subiríamos el Moral o a cambio era irnos a comer un buen chuletón de Tudanca, como pronto no era, y elegir entre chuletón o fiambrera, Ruente fue nuestro destino de finalizar, tomando la carretera hacia Cabezón en breve estábamos sentados frente a tan suculenta chuleta.
Las fotos AQUI
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