El nuevo perfil, una vez inspeccionado, parecía similar al del norte, salvando eso si, 1000 metros de desnivel. Con todos estos datos y la nueva sensación de aventura a lo desconocido, partimos de Tudela los siete componentes de la expedición de este día 17 de septiembre.
Hora y media de coche supone plantarse ante la impresionante muralla de esta ciudad, "para días grises, paraguas de colores" el cambio de planes comenzaba bien sentados en una cafetería, frente a un suculento desayuno. Los envoltorios de los azucarillos hacían su propio pronóstico de lo que iba a acontecer: " A veces hay que arriesgarse a hacer cosas nuevas, si aciertas será tu recompensa, si te equivocas será una lección" con este propósito salimos del aparcamiento a las afueras de la ciudad por la carretera que conduce a Cebreros, siguiendo las indicaciones del Gps según la ruta cargada.
Seguimos a la flechita del Garmin por encima de la línea morada, que al poco tiempo del parón de la fuente, nos lleva a la sorpresa del día, desembocamos en un alto con unas vistas espectaculares del valle donde al fondo podemos ver el pueblo de Santa Cruz de Pinares, a la derecha una posible senda que baja al pueblo incita a unos cuantos del grupo a aventurarse, "quedamos en el pueblo" y unos por un lado y otros continuando la pista que baja hasta toparse con el pueblo, que tras acudir a su plaza, otro grato hecho nos llama la atención, se esta preparando un encierro ecológico, el pueblo está terminando sus fiestas patronales y reúne a casi todos los vecinos en la plaza, entre tanto llegan los demás y todos de nuevo juntos, emprendemos la segunda parte de la ruta, pues desde este punto ya es vuelta hacia Avila.
"Que las cosas no salgan como esperábamos, muchas veces es lo mejor que nos puede pasar." De nuevo el azucarillo nos predecía lo inesperado, para llegar al siguiente pueblo, Herradon de Pinares, camino obligado por la flechita, una zona de pinar por una pista ancha nos desvia por una senda estrecha rodeada de encinas y jaras, de cierta dificultad técnica y muy divertida por ser bajada en su mayoría, para terminar en una pronunciada bajada que nos hace topar contra la carretera del publo de Herradón de Pinares, también contemplado en el recorrido. Acudimos a su plaza en busca de un cafe en el bar propuesto por Yayo, esta vez el bar del negro estaba cerrado y después de lavarnos las heridas en la fuente que allí preside la plaza, continuamos por la carretera en busca del antiguo camino real, que como veréis también nos depararía alguna que otra sorpresa.
Para no alagar más el tiempo nos fuimos buscando el cruce de caminos por donde habíamos partido por la mañana y otra vez paralelos a la carretera de Cebreros, llegamos al lugar donde teníamos los coches aparcados. un poco de aseo como pudimos y nos fuimos todos juntos a reponer fuerzas al restaurante La Posada de la Fruta, chuletón que no falte y que algunos se metieron al cinto.
Y para terminar mi crónica de nuevo recurro a los azucarillos: "No todos los días podrán ser buenos, pero siempre hay algo bueno en cada día", aquí acertó al 20 % pues el día tuvo bueno casi todo, el viaje, la ruta, las vistas, la comida y por supuesto la compañía.
Próximo destino más y mejor...y esto no seria lo mismo sin la prueba visual de que aconteció, por lo que aquí como siempre os dejo las fotos.
https://goo.gl/photos/aMywf4PNQK2Z5P767
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