Como los dos últimos años esta variante del recorrido hasta Segovia nos lleva por Iscar, para coger la carretera de Coca, estos primeros kilómetros transcurrieron tranquilos entre saludos y conversaciones por parte de algunos que no nos conocíamos y otros que llevábamos tiempo sin vernos, así llegamos a Coca con dos componentes en la furgoneta por sendos pinchazos, los cuales se repararon en Coca al pie del castillo que era el lugar de parada para la foto conjunta y reponer fuerzas. Con todo en orden de nuevo, partimos hacia la población de Nava de la Asunción, que atravesamos a buen ritmo y en tiempo previsto. Lo siguiente en la ruta es Santa Maria La Real de Nieva, donde un pequeño repecho, rompió el grueso del pelotón que no se reunió hasta pasados unos kilómetros.
Ya a estas alturas, las fuerzas empiezan a ceder y todavía no habíamos hecho prácticamente nada, cada uno reponía con lo que llevaba encima y algunos hacian de aguadores hasta la furgoneta de apoyo abasteciendo a los más bebedores. Con Segovia en la mente y cercana de kilómetros nos vinimos arriba y asaltamos la fortaleza segoviana, eso si, por la parte de atras, lugar bonito para conquistar una ciudad que nada más entrar nos recibe con un repiqueteo de campanas como dandonos la bienvenida, eso nos ensalza aún más y subimos la cuesta del acueducto con más alegría de lo habitual. Estampados contra tal impresionante edificación, paramos de nuevo para reponer líquidos, comida y como no, que no falte el postureo...foto desde todos los lados y ahora si empezaba el último la hora de los dolores. Camino de la Granja y subiendo, eso era el primer plato que nos mostró para salir de Segovia, a los ocho km se coge un desvio que nos lleva hasta Valsaín sin pasar por La Granja de San Ildefonso, alternativa en la que este año nos vimos cortados al llegar al pueblo por la celebración de un Rally, aunque muy amablemente protección civil nos dio paso con coches y todo, quitándonos el susto de tener que dar la vuelta o esperar a su término. Salvado el escollo, las ordenes de equipo eran llegar todos juntos hasta el puente del Eresma, para que no hubiese mucha diferencia de tiempo entre los que más suben y los que no, lo cuál para los menos subidores es de agradecer y así se lo agradezco a los que en este tramo se aburren por tener que esperar. Pasado el puente se abre la veda y ahí me pilla lejos para saber que pasó, los de detrás empezamos a poner nuestro ritmo y unos y otros subíamos como
podíamos contando como ayuda y ánimo a los carteles del desnivel, sabiendo que hasta los 1860 aún quedaba por subir un mundo. Y a pesar de los muchos y numerosos intentos de abandono que se te pasan por la cabeza en ocasiones, además de querer tirar la bici por el barranco, a pesar de todo eso, con la ayuda de los dos magistrales conductores que iban hoy con los coches de apoyo, gracias a sus ánimos y las reposiciones de agua, uno tras otro fuimos capaces de llegar a esa cota final de 1860 m, donde la nieve ausente en verano ciega todo lo que hoy hemos podido observar. ¡¡¡Gracias¡¡¡ Isra, ¡¡¡Gracias¡¡¡ Susy. Y gracias a todos por haber estado ahí y haber hecho de hoy un día estupendo de práctica de ciclismo donde los 147 kilómetros recorridos son un mérito de todos.
Lo último después de plasmar el momento e inmortalizarle debajo del cartel del puerto, bajar a boca del asno y dar cuenta de un baño en el río y una suculenta comida que falta nos hacia para la reposición de fuerzas.
Nada más que decir, os dejo las fotos del día que espero que os gusten, y os animo a que el año que viene seamos como poco los mismos y si puede ser alguno más.
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