VI Marcha Montemayor de Pililla

Foto; Juan Francisco Vargas

No fuimos todos los que somos ni somos todos los que fuimos, pero los que al final pudimos contar con una plaza de esta VI edición de la marcha de nuestro pueblo vecino, se nos acogió con un trato exquisito.

Para llegar hasta aquí tuvimos que ingeniárnoslas como pudimos,unos pedían favor por un lado y otros por otro, pues este año ha sido visto y nos visto el acabarse las plazas.
Yo tuve que componer hasta una poesía para entrar en concurso de 4 inscripciones que sorteaba Coca-Cola.


Por andar como siempre a ultima hora
me veo sin entrada que ¡¡FASTIDIO¡¡.
Conseguirla es un fin que me supone,
divertiros contando una aventura,
sin que se note que me falta a veces,
mi parte de razón y mi cordura.
Que diría mi abuelo si supiera,
que para andar en bici una mañana,
me viera yo metido en esta guisa,
na menos que escribiendo una novela.
No salgo de mi asombro o de mi espanto,
por los montes vecinos quiero verme, 
y subir y bajar a quemarropa,
y pedir a quien tenga que leerme, 
que quiero formar parte de la tropa.
Como entiendo que la bici no ira sola
montura y hombre acudir quisieran,
y esperan con gran ansia que esta marcha,
a bien que nos la salve COCA-COLA      


La mañana que nos encontramos metereológicamente hablando, fue de lo más agradable y así después de aparcar junto al polideportivo  nos acercamos a la plaza donde la organización había montado el centro de operaciones, entrega de dorsales, salida y recepción de llegada. Pero para llegar aún teníamos que salir y antes de salir, se nos sorprendió con un emotivo recordatorio a nuestros compañeros caídos en accidentes de tráfico. como bien se dijo queden estos eventos como lugares donde recordar a todos, lo vulnerables que somos encima de una bicicleta y así reivindicar nuestro derecho a circular y compartir la carretera con todo tipo de vehículos.

Foto; Juan Francisco Vargas

Nunca os olvidaremos , Sergio, Diego, Jesús, y a tantos que sin tanta cercanía nos afecta en igual medida.
Y como el mejor homenaje que siempre podemos hacerles es dar pedales que es lo que les gustaba también a ellos, así después de un pequeño tramo neutralizado se dio el pistoletazo de salida, y al igual que otras marchas los 30 o 40 de delante se lanzaron a fuego camino a través.
Los que no podemos con ese ritmo nos conformamos con ir buscando nuestro hueco entre los demás participantes y así tras unos cuantos kilómetros, el monte pone a cada uno en su sitio.
Conocíamos el recorrido, y la verdad es que no defrauda, después de los 60 km que nos exigían los creadores de la ruta, unos antes y otros después entrabamos en la meta, situada en el mismo lugar donde salimos. Las sensaciones fueron buenas, la ruta bonita, tenia un poco de todo así para contentar a todos, el terreno después de las lluvias de la semana de estos días estaba en perfecto estado, como nos gusta a nosotros ni muy húmedo ni muy seco, así el agarre es excelente y no sufres de patinazos, en resumen hemos disfrutado de lo lindo, hemos saludado a muchos de nuestros amigos, y hemos compartido experiencias, todo en un gran ambiente de compañerismo, y degustando un rico tentempié.
Como siempre agradecer a los que se molestan en hacer posible estas marchas, a todos los voluntarios que nos guían en los cruces y nos alimentan en los avituallamientos, a la gente de protección civil y cruz roja que velan por nosotros y nos curan nuestras pupas, y a la organización de la cuál tengo que destacar a Diego, que año tras año se ha empeñado en que se celebre este evento para disfrute de todos.

Las fotos son gentileza de Juan FranciscoVargas
 El álbum aquí