El mes de julio en su decimoséptimo día, fue la fecha en la que los miembros del club deportivo el
pinar de Puebla de Sanabria, decidieron celebrar su marcha anual. Durante algunos años ha sido tema de conversación por todos aquellos que acudieron desde Tudela de Duero y vinieron encantados, y nos hablaban de lo bonito del paisaje de la dureza de la ruta y sobre todo donde la mayoría coincidían, que era la ruta de sendas por excelencia. Llegados a este año, llegó el momento de vivirlo en primera persona, solo cuatro del grupo fuimos los que pudimos acudir, eso si, allí coincidimos con casi la mitad de los montadores de bicis de Tudela. Muchos de ellos ya nos advirtieron de lo exigente que era la ruta, de los lugares más difíciles, pero lo que no dijeron es que no había ni un solo descanso, desde principio a fin todo fue subir y bajar. Paso a relatar mi experiencia que a la postre es lo que nosotros vivimos: saliendo a las 9 de las proximidades del campo de fútbol, del otro lado del río visto desde la villa, añadir que me ha sorprendido la belleza de este pueblo, con un casco histórico muy cuidado, su
castillo, su iglesia y el entorno de lo más vistoso, es muy agradable pasear por sus estrechas calles allá en lo alto y contemplar desde el mirador de la muralla, el entorno del río y los alrededores. Y volviendo al lugar de la salida a las 9 en punto comenzábamos a pedalear rumbo a lo desconocido, atravesamos el pueblo bajo la atenta mirada de los más madrugadores, y en breve tocábamos tierra, la que no soltamos hasta llegar a la meta. No mintieron los que nos decían como era la marcha, los primeros tramos fueron tranquilos, ibamos un poco temerosos del tiempo que teníamos previsto por la organización para pasar por el km 16...hora y media, parecía muy cerca para tanto tiempo pero cuando comenzamos a subir por el monte, nos dimos cuenta de que quizás subestimamos el tiempo, y en el 20 había que estar en 2 horas y seguíamos subiendo, no hubo problema y cumplimos con ello, y allí nos encontramos con el resto del equipo, no dieron ni un solo pedal pero hicieron su labor de apoyo, consiguiendo que fuéramos la envidia de todos los que veían la estampa. Pasado el 20 continuamos y como no podía ser de otra manera subiendo y todo lo que sube baja, y hasta el 33 donde encontramos otro avituallamiento y de nuevo a nuestro grupo de apoyo, fuimos descubriendo el porque esta marcha tiene la fama que
tiene, y porque se habla tan bien de ella, yo que no soy del clan del sendero he de decir que compensa pasar alguna tensión por lo impresionante del recorrido, y en cuanto a peligrosidad, la ruta es todo lo peligrosa que tu la quieras hacer y todo lo dura que tu te propongas, nosotros habíamos decidido salir a disfrutarla y así creo que lo conseguimos cada unos en su medida pero todos juntos. Más subidas, nuevas bajadas, zonas de árboles estrechas, mar de helechos, saltos pronunciados, y la sorpresa a falta de 8 km para llegar, el río. Allá por el km 47 otro puesto de avituallamiento nos recibía para reponer y al fondo donde de mano nos daban nuestras animadoras favoritas, el gran río. El primer intento fue fallido pero el remojón vino tan bien que no pude evitar permanecer en el agua durante un rato, cargue la bici al hombro y saliendo del sitio por donde entre, intenté de nuevo cruzarle esta vez sin caer al agua, lo conseguí.
Los siguientes y últimos kilómetros más relajados de pendiente, son realmente de disfrute, así llegando al pueblo por la parte trasera, la subida a la iglesia pone punto y final a esta marcha que se puede calificar como la reina de las sendas.
Otro fin de semana de los que gustan, muy completo pues desde el viernes que acudimos, no paramos, el sábado por la mañana temprano, dimos una vuelta en bici, después todos nos fuimos a bañar al Lago de Sanabria, comimos de maravilla, ya con la incorporación de la componente de la expedición que faltaba, por la tarde entre visitar el pueblo, recoger los dorsales y animar a los de la crono escalada que habían preparado, se nos paso estupendamente el tiempo, y el domingo la marcha y comida todos juntos en la orilla del río, no se puede pedir más.
De bien nacido es ser agradecido y así lo voy a hacer, primero a los de casa, Miguel, Bea y su hija Naia, con los que he descubierto que se puede ir al fin del mundo, Jose y Dolores de los que no puedo pronunciarme en mejores términos son mis amigos desde pequeños, Jose no hizo la ruta pero se trajo la bici y se lo montó a su aire que también disfrutó, Fer, es nuestra líder, da ordenes de equipo tarde pero las da, no habla mucho pero chilla en cada bache y cada dificultad que se encuentra, aún así he visto que se puede contar con ella y que si dice que acude no falla, y eso dice mucho de su personalidad, por eso si el SKY lleva a Froome, nosotros llevamos a Fer.
Y me queda Juan Carlos del que tampoco puedo mejorar lo que diga de él, ya son muchos años muchas experiencias juntos, y ahí seguimos, siempre atento, siempre ayudando es el alma mater del grupo...y sigue necesitando una mujer que le ame.
Como la mía, Susy que siempre me acompaña, que me hace las fotos,que me cuida, que se preocupa si me retraso del resto, que no quiere que me moje ni cruzando el río, y que nunca se ha perdido ninguno de mis eventos, lo cuál sabe que agradezco un montón.
Acabo dando la enhorabuena al club deportivo el pinar, a todos los voluntarios, a cada uno de los que hacen posible que eventos como este puedan ser de nuestro agrado y disfrute. ¡¡¡GRACIAS A TODOS¡¡¡
Las fotos de todo
AQUI
Los de la crono escalada también tienen sus en ese enlace.
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